¡Saludos!
Aquí llega la segunda entrega de Nietzsche. Evidentemente, tendréis que resumir porque es largo. Mi consejo es que resumais la parte final (donde hablamos del contexto histórico) y un poco de la vida (pero no toqueis los tres periodos en los que dividimos su pensamiento y obras, que son muy importantes).
Para cualquier duda y/o sugerencia, estaré disponible en el horario habitual, y si quereis daremos clases de repaso, por supuesto, que pueden servir también para dar unas orientaciones sobre cómo resumir los contextos que os estoy proporcionando.
¡Ánimo!
Aquí teneis el enlace para descargar el archivo en pdf:
http://www.slideshare.net/merya/contexto-nietzsche-znica
Pongo aquí el contexto directamente por si preferís cogerlo en texto directamente.
IV.
CONTEXTUALIZACIÓN DEL TEXTO COMPLETO DE NIETZSCHE
[EXTRACTO
DE LOS APUNTES DE ISABEL ZÚNICA (marzo, 2012) TEMA 5. NIETZSCHE]
Para
entender el texto que hemos comentado, hay que tener en cuenta tres
aspectos
fundamentales. En primer
lugar,
la obra concreta de que se trata (con su problemática particular; en
este caso, la crítica a los filósofos y a su idiosincrasia) y la
relación con el resto de sus obras y con las circunstancias
personales que le dieron origen, atendiendo especialmente a la
evolución de su pensamiento. En segundo
lugar,
la posición del autor en la historia de la filosofía y en tercer
lugar,
la época en que vivió el autor, pues es el marco general de sus
obras, estilo y problemas.
1)
En primer lugar,
situamos nuestro texto en el MARCO
DE LA OBRA A QUE PERTENECE. Se
trata de El
crepúsculo de los ídolos o cómo se filosofa con el martillo, su
última obra, que vio la luz a los pocos días de que sufriera el
colapso mental. Mientras estaba trabajando en La
voluntad de poder, de
la que pensaba que sería su obra definitiva, decidió entre 1887 y
1888 hacer un compendio de su filosofía aprovechando sus numerosos
apuntes. El resultado fue El
crepúsculo de los ídolos. Él
mismo escribe que es una especie de inicio al conjunto de su
filosofía: “Ahí –dice– están mis heterodoxias filosóficas
esenciales”. Ídolos
quiere decir
verdades admitidas habitualmente: Nietzsche se propone fustigar todo
lo que se entiende por verdad, ya que la verdad es, para él, la
forma más clara de la decadencia, del rechazo de la vida. El
subtítulo, cómo
se filosofa con el martillo, responde
a la idea de la filosofía de la sospecha: Nietzsche “hace
preguntas con el martillo” para escuchar como esos ídolos resuenan
con “aquel sonido hueco que habla de las entrañas del aire”. De
este modo, en esta obra, Nietzsche ataca toda religión
(cristianismo, hinduismo, confucionismo…), a los escritores
(incluidos los románticos), los músicos (incluido Wagner), las
doctrinas político-sociales (liberalismo, socialismo y anarquismo) y
muy especialmente critica e insulta a casi todos los filósofos
(Parménides, Sócrates, Platón, Aristóteles, Séneca, Spinoza,
Pascal, Descartes, Kant, Rousseau, Comte, Spencer, Stuart Mill,
incluso a Schopenhauer). De ellos, apenas salva a Heráclito,
Maquiavelo y Hegel. De la realidad lo único que aprecia son las
apariencias, las pasiones y los instintos. El texto que comentamos
recoge la esencia de la crítica de Nietzsche a los filósofos.
La
VIDA de Nietzsche está
totalmente vinculada a su proyecto filosófico (crítica a la cultura
occidental), y en función de él podemos establecer etapas y
clasificar sus obras. Nietzsche nació en 1844 en Röcken (Sajonia
prusiana), en el seno de una familia protestante: su padre era pastor
luterano y preceptor privado. Estudió en el reconocido Instituto
Pforta donde recibió una formación literaria –con especial
estudio de los clásicos griegos y romanos–, poética y musical.
Se
graduó en 1864 y comenzó los estudios de teología en la
Universidad, pero los abandonó para dedicarse a la filología. En
1865 leyó Schopenhauer y Lange (filósofo materialista), que
ejercieron gran influencia sobre él. Antes de terminar la carrera,
recibió la propuesta de ser nombrado Catedrático de Filología en
la Universidad de Basilea.
Comenzó
así su primer
periodo (1869-76) o
periodo
romántico, caracterizado
por obras filológicas y de inspiración romántica (mitología,
folklore, espíritu del pueblo). La metáfora dominante es la
contraposición entre Dioniso y Apolo: el arte como medio de penetrar
en la realidad, en el fondo pasional del ser humano. Pertenecen a
este periodo El
nacimiento de la tragedia en el espíritu de la música (1872),
La filosofía en
la época trágica de los griegos (1874)
y Consideraciones
intempestivas (1873-76).
Por
dificultades de salud y profesionales, entró en crisis en 1879,
hasta el punto que renunciar a la docencia. Comenzó entonces su
breve segundo
periodo (1877- 82), que
podríamos llamar cientifista
e ilustrado, pues
está influido por el positivismo inglés y la Ilustración francesa.
Rompe con Wagner y abandona Schopenhauer. Presenta un pensamiento
antimetafísico y defiende un conocimiento lúcido y libre. Destacan
sus obras Aurora
(1881) y La
Gaya ciencia (1882).
Su
tercer periodo
(1883-89): crítica
a la cultura occidental. Es
el más característico y desarrolla sus temas más importantes: Así
habló Zaratustra (1883-
85), en donde su estilo y pensamiento alcanzan su madurez. Ahí
expone sus ideas sobre el superhombre y la transmutación de los
valores. Otras obras de este periodo son Más
allá del bien y del mal (1886),
Genealogía de la
moral (1887) y
El crepúsculos
de los ídolos (1889).
En 1888 redactó Ecce
homo, una
autobiografía, publicada póstumamente, de gran importancia para la
interpretación de su obra.
En
1889 fue internado en un psiquiátrico, tras sufrir un colapso
mental, del que nunca se recuperaría. Murió en 1900, en Weimar
(Turingia).
2)
En segundo lugar, mencionemos la POSICIÓN
DE NIETZSCHE en la historia de la
filosofía y de la cultura. El influjo de
este pensador ha sido enorme no sólo en filosofía, sino en muchos
ámbitos del pensamiento y, sobre todo, en el modo en que muchas
personas conciben hoy la vida, la verdad, las relaciones humanas,
etc.
Son
variados los filósofos que han ejercido influencias en el
pensamiento de Nietzsche. Así, la concepción agustiniana del
tiempo, entendida como un proceso lineal, permaneció en todas las
teorías modernas que creyeron en la idea de progreso, en la idea de
que la historia tiene un final feliz. Nietzsche parte de esta
concepción, que supone que el presente solo tiene sentido en función
de lo que está por venir, para criticarla, proponiendo su visión
del tiempo como eterno retorno. De Schopenhauer le inspirará el
concepto de “voluntad de vivir”, en cuanto que en Nietzsche va
más allá, como una fuerza que aspira a ser más, la voluntad de
poder. Goethe desde la literatura y Wagner desde la música
influyeron también en Nietzsche, aunque finalmente se distancia del
segundo. La idea de la lucha por la supervivencia, de Charles Darwin,
está, en cierto modo, presupuesta en el concepto nietzscheano de
voluntad de poder.
Ciertamente
su pensamiento no fue bien recibido al inicio y sólo fue considerado
un filólogo interesante. Sin embargo, Heidegger dio lecciones
durante 10 años (1936-46) sobre este pensador y las publicó en 1961
con el título Nietzsche. Esto
contribuyó decisivamente a la consideración de Nietzsche como un
gran filósofo y desde entonces no ha cesado de ser leído, comentado
y estudiado.
Para
muchos, es considerado como la figura más representativa de la
filosofía contemporánea y como el más importante “maestro de la
sospecha”. Gran parte de la filosofía de la segunda mitad del XX
depende de Nietzsche o directamente o leído a través de Heidegger.
En concreto, ha influido en el existencialismo, el
postestructuralismo y, sobre todo, la posmodernidad en todas sus
variantes y pensadores (pensamiento débil, Vattimo, Rorty, etc.).
3)
Por último, se hace patente que sólo es posible entender la
filosofía de Nietzsche en su CONTEXTO
HISTÓRICO (s.
XIX): la primera industrialización ya había tenido lugar en Europa
y estaba en marcha la segunda. El desarrollo económico se había
realizado frecuentemente a costa del trabajo y de la vida de mucha
gente (la llamada clase obrera). Esto había originado una clase
alta, notablemente enriquecida, pero carente de valores morales. Como
reacción a la nueva estructura social habían surgido los
socialismos, que luchaban contra el elitismo y proponían una
nivelación igualitaria. Esta situación propició el auge de las
ideologías: el pensamiento al servicio de intereses de clase,
económicos, sociales, etc.
Consecuencia
de esa situación, es el nacimiento de las filosofías
de la sospecha (Marx,
Nietzsche, Freud), que denuncian que detrás de las grandes
construcciones filosóficas se encierran intereses inconfesables.
Dicho de otro modo, acusan a la filosofía de haberse convertido en
ideología. El pensamiento de Nietzsche pertenece a este grupo de
filosofías de la sospecha, centrado, en este caso, en una crítica a
la cultura occidental en bloque, al igualitarismo socialista y, sobre
todo, a la filosofía. En efecto, para Nietzsche la filosofía griega
(aliada luego con el cristianismo) es el elemento principal de la
civilización occidental y el origen de
todos sus males. Precisamente el texto que comentamos se centra en la
crítica nietzscheana a la filosofía.
Por
último, es importante señalar que el
movimiento romántico ya
había triunfado totalmente en Europa. La idea de una superación de
la racionalidad a través de los sentimientos y las dimensiones
irracionales del hombre estaba en plena vigencia. La universalidad de
la razón era postergada a favor de los nacionalismos, el espíritu
del pueblo y la mitología. El rigor conceptual y la exposición
demostrativa eran desechadas, pues se prefería la exaltación
poética, la musicalidad, la retórica efectista. Por eso, el estilo
y la obra de Nietzsche son fundamentalmente de carácter literario.
No forja un sistema de pensamiento, sino que expone pensamientos
sueltos mediante brillantes metáforas, aforismos breves, etc.
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