jueves, 10 de mayo de 2012

NIETZSCHE PARA 2º BACHILLERATO 2012 (MULA)

¡Saludos!
Mil disculpas por el retraso, pero me ha sido imposible tenerlo antes. Aquí teneis, por fin, los apuntes de Nietzsche para el examen del viernes. Mañana pasaré por el instituto, así que si teneis dudas podréis preguntarme.

Espero que os sirva y os facilite la comprensión, he puesto mucho empeño en ello, y, como vereis, he seguido el esquema de Mercedes en algunas partes, aunque hay otros contenidos que no aparecen en el esquema. Por supuesto, no teneis que poner absolutamente todo el en examen, es imposible, debeis resumirlo un poco.

Podeis descargar los apuntes de la siguiente web: http://es.scribd.com/mariacarreteromota/d/93059681-Nietzsche-Para-PAU?secret_password=128lxf78l007oi5ril5z

 El documento es este:
Nietzsche Para PAU

Por si no podeis descargarlo, pongo aquí los apuntes:

* FRIEDRICH NIETZSCHE
Texto a comentar: El crepúsculo de los ídolos, capítulo “La razón en filosofía”, apartados 1, 4 y 6
ÍNDICE DE CONTENIDOS
1. RESUMEN DEL TEXTO (por fragmentos, según hemos dividido en clase)
2. NOCIONES
2.1. El arte trágico y lo dionisíaco
2.2. Los “conceptos supremos” y el concepto de “Dios”
2.3. Los sentidos y el cuerpo
3. TEMAS
3.1. La crítica de Nietzsche a los filósofos
3.1.1. La crítica a la metafísica, al lenguaje y a la ciencia.
3.1.2. La crítica a la moral
3.1.3. La crítica a la religión
3.2. El vitalismo
4. CONTEXTUALIZACIÓN
1. RESUMEN DEL TEXTO (por fragmentos, según hemos dividido en clase)
• Fragmento 1: crítica a los racionalismos e idealismos.
Critica la labor de los filósofos por cuatro motivos:
◦ el afán de conceptualización de la realidad, de convertir lo dinámico en estático, fijo.
◦ El miedo al cambio, a la historia, al devenir de lo real.
◦ La sobrevaloración de la lógica, que intenta matematizar el fluir de la vida.
◦ La oposición a los sentidos, porque los consideran engañosos e inmorales.
• Fragmento 2: Conclusión acerca de los errores de los filósofos
Los filósofos niegan la realidad de la historia, los sentidos y el cambio. Desprecian el cuerpo
y encumbran la razón como lo bueno.
• Fragmento 3: inexistencia y generación de los conceptos supremos
Existe una confusión, porque los conceptos generales, vacíos, se colocan como los primeros.
◦ Independencia y autocreación de los valores supremos.
◦ Crítica al concepto de Dios.
• Fragmento 4: resumen de las críticas. La posición de Nietzsche.
◦ Solo este mundo (aparente) es real.
◦ El mundo ideal es una ilusión.
◦ Negar este mundo e inventar otro es fabular (mito).
◦ La filosofía es una ideología anti-vital, decadente (porque niega la vida, que es puro
devenir).
*NOTA: en el examen el resumen debe aparecer redactado en párrafos normales, no por
puntos esquemáticos como aparece aquí.
2. NOCIONES
2.4. El arte trágico y lo dionisíaco
Para Nietzsche, el arte trágico de la civilización presocrática representa la plena y valiente
aceptación de la vida, y en él existe una tensión permanente entre dos elementos.
Por un lado, Dionisos, dios del vino, de la embriaguez, de las montañas, representa el
instinto, la salud, la ebriedad creativa, la pasión. Es la humanidad en pleno acuerdo con la
naturaleza. Es el dios de la risa, de la no resignación, y representa la noche, el caos orgiástico, la
música. Es la aceptación de la vida que transforma el dolor en alegría, la lucha en armonía, la
crueldad en justicia y la destrucción en creación. Representa la vida, que no puede ser juzgada ni
desde la moral, ni desde la filosofía; y también el instinto y la voluntad irracional. Dionisos se
identifica con las artes no figurativas (música).
Por otro lado, Apolo, dios del Sol, de la ciudad, del Olimpo; representa el orden, la visión
ideal. Constituye el esfuerzo por expresar el significado de las cosas con una medida y una
moderación. Es la búsqueda de figuras equilibradas y límpidas. Representa lo individual y se
identifica con las artes figurativas (escultura, arquitectura).
Esta oposición entre lo apolíneo y lo dionisíaco explica la concepción trágica de la vida
nietzscheana: la vida es la lucha permanente entre lo dionisíaco y lo apolíneo, dos contrarios
irreconciliables. La unidad y tensión entre ambos elementos se corrompe con Eurípides en el teatro
y Sócrates (sobrevaloración de lo racional) y Platón (dualismo mundo sensible-mundo inteligible)
en filosofía. La cultura europea prima lo apolíneo sobre lo dionisíaco
2.5. Los “conceptos supremos” y el concepto de “Dios”
Para Nietzsche la historia de la filosofía es la historia de un error porque, entre otras cosas,
se centra en que la razón aspira a englobar lo plural en el concepto universal. Así, los filósofos se
convierten en “egiptólogos” que detienen el fluir incesante de la tierra, pretendiendo comprender el
misterio de lo real. Los filósofos olvidan que sólo las emociones y los sentimientos, la metáfora y el
aforismo, la poesía y el arte, pueden rozar la vida, porque esta es pura apariencia, devenir constante.
Los “conceptos supremos”, y entre ellos el “estupendo concepto Dios” son momias
manejadas por los filósofos que se empeñan en encontrar lo inmutable y eterno, el “fundamento no
fundamentado”, la condición incondicionada, la “causa sui”. Y cuando la encuentran le dan realidad
y, lo peor de todo, la idolatran, olvidando el instinto, el impulso creador y la vida.
Creemos en Dios porque, en el fondo, seguimos creyendo en la gramática; nos empeñamos
en dar crédito a la razón. Cuando olvidemos el nombre de Dios porque no es más que puro humo,
dejaremos de creer en Él y en la razón que lo inventa.
Con la muerte de Dios se acaba la historia antigua y comienza la verdadera historia: en ella
el hombre se libera de las supersticiones, del “otro mundo” y de los conceptos que petrifican la
realidad. En esta nueva era, el “concepto supremo” se destierra.
2.6. Los sentidos y el cuerpo
Sócrates, Platón y Kant inventaron fábulas acerca de otro mundo distinto de este. Los
filósofos, a excepción de Heráclito, temen lo que deviene porque les recuerda que se harán viejos y
morirán. Por ello, recelan contra la vida y la odian y, por ello mismo, inventan esa otra realidad,
mejor y superior, estática y perfecta.
Los filósofos solo creen a la razón y piensan que los sentidos son expertos en crear ilusiones,
en fabricar quimeras. Están convencidos de que el conocimiento sensible nos desvía de “lo que es”,
de la esencia de lo real. Los sentidos, dice Nietzsche, han sido también considerados inmorales
porque nos permiten ver, tocar, oír y sentir, y esto no es bueno. Afirman, como también los
cristianos, que el cuerpo es insolente, descarado y por eso hay que refutarlo, castigarlo si es preciso
con la castración, ahogando las pasiones y, por supuesto, arrancándole el alma que no le pertenece.
Solo el artista trágico no tiene objeciones contra la vida, y por ello estima los sentidos, que
ofrecen multiplicidad y hablan del instante que pasa sin detenerse. El artista dionisíaco es optimista
y “dice ¡sí!” al cuerpo y también a la tierra. Para Nietzsche los sentidos no nos engañan, sino que
nos ofrecen la esencia de lo real que es lucha inacabable de contrarios; aceptar esto es aceptar el
sentido trágico de la vida (que es a la vez alegría y dolor).

3. TEMAS
3.1. LA CRÍTICA DE NIETZSCHE A LOS FILÓSOFOS
El pensamiento de Nietzsche es, por un lado, una crítica terrible a la cultura occidental y, por
otro, una propuesta que supondrá una alternativa cultural. La cultura occidental (su metafísica, su
ciencia, su moral...) es, a juicio de Nietzsche, una cultura dogmática y enferma, en la que la razón se
ha impuesto sobre el instinto. Nietzsche aplica todo su olfato filosófico a descubrir las fuerzas
contra la vida que impulsan los valores de Occidente. Se propone así, un análisis psicológico que
descubra la hipocresía de su época. Este análisis basado en el método genealógico es una “filosofía
a martillazos”, destructora de valores.
3.1.1. La crítica a la metafísica, al lenguaje y a la ciencia.
La cultura europea ha caído en el nihilismo por culpa del cristianismo, la moral y la filosofía.
Existen tres tipos de nihilismo:
a) Nihilismo metafísico: aquel que niega todo valor a esta vida terrenal, la única que existe
según Nietzsche. Es la tradición platónico-cristiana.
b) Nihilismo moderno: aquel que niega el valor del más allá y de los valores tradicionales.
Provoca desorientación porque anuncia la muerte de Dios. Es el caso de la Ilustración.
c) Nihilismo postmetafísico: aquel que niega el valor de cualquier realidad o idea
trascendente. Es la afirmación de la vida como instinto y anuncia el nacimiento de un nuevo
ser humano. Es la postura de Nietzsche.
Los filósofos (excepto Anaximandro y Heráclito) apuestan por el inmovilismo y el
racionalismo, puesto que han presupuesto que la realidad es racional y que, por eso, puede ser
comprendida y expresada a través de conceptos. Pero esto es, dice Nietzsche, una equivocación,
pues el ser estático no existe, porque la vida es puro cambio, devenir. Por tanto, la historia de la
filosofía occidental es la historia de un error o, más bien, de tres errores fundamentales:
• La metafísica dualista: es la distinción entre un mundo aparente y un mundo “verdadero”.
Se inició con Sócrates, que es el primer filósofo que representa el espíritu apolíneo: el
modelo científico que lo somete todo a leyes y conceptos. Sobrevalora lo racional, lo
conceptual frente a lo pasional; identifica el conocimiento con lo universal; defiende el
intelectualismo moral, una posición que niega el instinto. Platón consuma la destrucción de
la cultura trágica griega. Tres son los motivos para que Nietsche llegue a esta conclusión. En
primer lugar, el fuerte dualismo cosmológico (el mundo sensible y el mundo inteligible),
metafísico (las ideas y las cosas), epistemológico (el intelecto y la sensibilidad) y
antropológico (alma y cuerpo) que mantiene Platón. En segundo, Platón convierte el mundo
sensible en aparente y cambiante, frente al inteligible que es verdadero, ideal, esencial e
inmutable. Y por último, para Platón lo inteligible es causa de sí mismo (causa sui), por lo
que es más valioso que lo sensible. Todo esto llevó a que triunfara Apolo sobre Dionisos,
corrompiendo el arte trágico.
• Los filósofos han dado más valor a sus rígidos conceptos que a la realidad misma.
Triunfa así lo racional sobre lo sensible. Pero, para Nietzsche, los conceptos filosóficos son
el resultado del engaño, de la mentira, de la fe humana en el lenguaje.
• Los filósofos han caído en el “egipticismo”: odian el cambio, niegan el devenir. De ahí
que desprecien el conocimiento sensible, al estar basado en los datos de unos sentidos que
captan ese mundo cambiante.
Así pues, debido a estos tres errores, Nietzsche considera que la filosofía ha negado la vida, ha
despreciado la única realidad que existe, que es la sensible y cambiante. Esta negación es la
enfermedad de Europa: la defensa de la existencia del espíritu puro (en el plano metafísico), la idea
del bien en sí (en el plano moral), la racionalidad a ultranza (en el plano del lenguaje y la ciencia),
la falta de instintos y la condena del cuerpo (en el plano antropológico).
3.1.2. La crítica a la moral
Nietzsche parte de un acontecimiento sin precedentes, el hecho más importante de la
historia: la muerte de Dios. Es Zaratustra el que anuncia la muerte de Dios y el surgimiento del
nuevo hombre: el superhombre, dominado por el ideal dionisíaco. La muerte de Dios provoca una
profunda crisis moral, lo que hace que Nietzsche realice su crítica de la moral.
La moral es un discurso que permite distinguir entre el bien y el mal. Para ello, se basa en
mecanismos psicológicos que originan las distinciones morales. Es, por tanto, un instrumento de
dominio. En este sentido, existen dos tipos de moral:
• La moral aristocrática, basada en el orgullo, el individualismo y la generosidad. Considera
que lo bueno es lo excelente desde un punto de vista aristocrático, y lo malo es lo
despreciable. Sanciona lo que degrada y debilita al individuo: cobardía, miedo, mezquindad,
adulación, mentiras... En este tipo de moral, los fuertes establecen sus propias normas que
afirman la vida.
• La moral de los esclavos,basada en la humildad, el gregarismo y el resentimiento.
Considera que lo bueno es lo débil, y lo malo es lo poderoso. Sanciona la fuerza, la salud, el
amor a la vida; y predica el desinterés, el sacrificio, la sumisión. Los débiles (cristianismo,
democracia, socialismo) son predicadores del resentimiento.
3.1.3. La crítica a la religión
Los errores generales del cristianismo son cuatro, según Nietzsche. El primero es el
dualismo platónico convertido en cielo e infierno, lo que supone una sobrevaloración de lo divino,
de lo supraterrenal. El segundo, que Dios es el concepto supremo, pues es causa de sí mismo
(causa sui), ente “realísimo”, creador de todo. El tercero, que frente al politeísmo que reconoce la
diversidad de caminos, el monoteísmo propone una sola dirección, un único sentido. El cuarto es
que el cristianismo impone una moral “contranatural”, pues el alma es la tumba del cuerpo, el
origen del mal.

3.2. EL VITALISMO
Tras haber destruido los pilares de la cultura occidental, Nietzsche propondrá una filosofía
vitalista según la cual la esencia de la realidad es la vida, entendida como puro devenir y cambio y
concebida como voluntad de poder.
El vitalismo se opone al racionalismo, al positivismo y al utilitarismo, por tratarse de
corrientes excesivamente científicas y pragmáticas. Por el contrario, valora lo irracional, vital,
impulsivo, instintivo, pasional e individual. Niega la hegemonía de la razón, tanto en la naturaleza
como en las acciones humanas, y destaca los aspectos irracionales del ser humano, como la
sensibilidad poética, la intuición, la visión profética, etc. Adquiere este significado cuando se
refiere a Schopenhauer y Nietzsche, aunque también se ha entendido el vitalismo en filosofía como
corriente que rechaza la razón como forma de conocimiento y afirman que la realidad se conoce en
la medida en que es vivida.
El objetivo de la filosofía de Nietzsche es comprender la realidad vital del ser humano para
alcanzar su realización plena. Así, considera que la vida es un destino (nuestro destino es vivir, amar
la vida). Nietzsche concibe la vida en un doble sentido. Por un lado, influido por Darwin, afirma
que la vida es lucha por la supervivencia, pero en un sentido espiritual (en el caso humano) y no
físico. Por otro, siguiendo a Schopenhauer, la vida es irracionalidad ciega y cruel, dolor, lucha y
error; está dominada por el azar. Es necesario, según Nietzsche, aceptar la vida con entusiasmo,
entendiéndola como vida del cuerpo sano y fuerte, la del goce de los sentidos. Esta plena y valiente
aceptación de la vida tuvo su expresión a través del arte trágico de la civilización presocrática.
Sin embargo, la muerte de Dios y la negación del mundo trascendente hace perder la fe y los
ideales en los que se fundamentaba el sentido de la vida y, por lo tanto, conduce a un nihilismo.
[Puede hablarse aquí de nuevo de las tres formas de nihilismo, resaltando que Nietzsche aboga por
un nihilismo postmetafísico]. Frente al nihilismo metafísico y más allá del nihilismo moderno,
Nietzsche propone el nihilismo postmetafísico, que es aquel que niega el valor de cualquier realidad
o idea trascendente. Es la afirmación de la vida como instinto y anuncia el nacimiento de un nuevo
ser humano: el superhombre.
El superhombre es el que propone los valores nuevos, “creador de vida y esencias”, el que
da sentido a las cosas y se afirma en el acontecer sin necesidad de engañarse aceptando otro
mundo. Impulso, afirmación y libertad son las características que lo definen. Es la antítesis del
nihilista. Utiliza el orgullo y la inteligencia como armas para realizar su camino. Es manifestación
del espíritu libre que no cede ante nada y tiene voluntad de poder para llevar a término su denuncia.
Es producto de una evolución que en la obra Así habló Zarathustra describe como las tres
metamorfosis del espíritu: el espíritu se convierte en camello, que simboliza al cristiano que acepta
los valores que se le imponen sin crítica alguna (como una pesada carga, igual que la joroba del
camello); el camello se transforma en león, que simboliza al nihilismo moderno, que rechaza los
valores tradicionales y crea valores nuevos, propios de la ciencia; y el león se transforma en niño,
que simboliza al “hombre nuevo”, capaz de crear valores nuevos, enraizados en la vida, valores que
son producto de haber recuperado los instintos vitales y haber realizado la transformación del
hombre en superhombre. El niño es el creador, que tiene voluntad de poder, el superhombre.
La voluntad de poder en Nietzsche tiene su punto de partida en la “voluntad de vivir” de
Schopenhauer, pero dándole un sentido positivo: a diferencia de Schopenhauer, que mantiene un
pesimismo total y una huida del mundo inspirada en el nirvana del budismo, la voluntad de poder
nietzscheana exige autoafirmación, pues la vida debe afirmarse, aceptarse, (amarse
apasionadamente), incluyendo el dolor porque forma parte de ella. La voluntad de poder es una
fuerza activa que domina el mundo y lo vincula al hombre. Es una fuerza irracional que actúa como
proyecto de futuro. En el individuo corresponde al conjunto de fuerzas e instintos que se
manifiestan como una pasión, la representación de Dionisos, la vida en sí misma. La llama voluntad
para distinguirla del logos (razón), y poder, porque denota la energía vital y la fuerza propias del
genio creador. Es la que permite crear formas nuevas, tiende a la producción de individuos
superiores (superhombres) que se alejan de la moral del rebaño, proponiendo la moral del hombre
fuerte, que es “señor” y domina y quiere la tierra [no puede interpretarse en términos fascistas].
La voluntad de poder del superhombre se orienta hacia el futuro. Esto comporta una
concepción distinta de la temporalidad: el tiempo no es lineal ni está determinado por los tres
momentos (pasado, presente y futuro), porque ello implicaría pensarlo desde la finitud, actitud
propia del hombre, no del superhombre. Para Nietzsche el tiempo es infinito, circular y cíclico.
Todo se repite de nuevo. La temporalidad es eterna, un devenir constante que se repite cíclicamente,
de manera que cobra valor cada nuevo instante porque queda comprendido dentro de la totalidad del
tiempo. El eterno retorno permite entender que el ser humano no actúa en función de un sentido
prefijado (determinado) de la vida, un fin, sino dando sentido a la vida, superando la falta de sentido
final. Para el superhombre cada momento es irrepetible, la vida no se vive buscando y esperando un
futuro, sino disfrutando el instante tan intensamente que se desee su eterno retorno.

4. CONTEXTUALIZACIÓN
Durante el siglo XIX aparece una nueva corriente filosófica, el vitalismo, que situará los
valores vitales sobre todo lo racional. Para los filósofos vitalistas, como Friedrich Nietzsche, el ser
humano es pura individualidad, por lo que tiene que analizar decidir y experimentar el sentido de su
propia vida como si fuese el último hombre sobre la faz de la tierra. Para ellos, el individuo tiene un
valor absoluto y el sentido de la vida no procede ni de otros hombres ni de la sociedad. Los
vitalistas transforman la exigencia de salvación en el más allá, procedente de la religión, en la
exigencia de amar profundamente esta vida.
Nietzsche nació en Rocken, (Turingia), en 1844, en una familia de pastores luteranos y
murió en 1900 debido a una enfermedad cerebral. En 1865 lee El mundo como voluntad y
representación, de Schopenhauer, y se entusiasma con la filosofía. Es el filósofo que desenmascara
lo que se esconde tras los valores de nuestra civilización, denunciando que la razón es el resultado
de una represión de los instintos, una negación de la vida. Por eso Nietzsche se define como un
“filósofo a martillazos”, un filósofo que destruye los ídolos de la cultura occidental al demostrar que
están huecos.
Podemos identificar en su producción intelectual tres períodos diferentes:
• Romántico: escribe obras como El nacimiento de la tragedia, donde expresa su lucha por un
nuevo ideal de hombre que afirma la vida (el prototipo de la tragedia griega). En esta época,
cuando escribe Consideraciones intempestivas, está marcado por las influencias de Wagner
y Schopenhauer.
• Positivista: se muestra enemigo de la metafísica. Destacan las obras Humano, demasiado
humano (contra Wagner y Schopenhauer, con los que rompe a través de la crítica) y Aurora.
• Crítico: escribe Así habló Zaratustra, una de sus obras más importantes. En ella consolida
los grandes temas de su filosofía: la voluntad de poder, la muerte de Dios, el eterno retorno y
el superhombre. Desarrolla en esta etapa la crítica radical de la filosofía occidental. El
crepúsculo de los ídolos, obra a la que pertenece el texto que comentamos, se enmarca en
esta etapa.
Son variados los filósofos que han influido en el pensamiento de Nietzsche. Así, la
concepción agustiniana del tiempo, entendida como un proceso lineal, permaneció en todas las
teorías modernas que creyeron en la idea de progreso, en la idea de que la historia tiene un final
feliz. Nietzsche parte de esta concepción, que supone que el presente solo tiene sentido en función
de lo que está por venir, para criticarla, proponiendo su visión del tiempo como eterno retorno. De
Schopenhauer le inspirará el concepto de “voluntad de vivir”, en cuanto que en Nietzsche va más
allá, como una fuerza que aspira a ser más, la voluntad de poder. Goethe desde la literatura y
Wagner desde la música influyeron también en Nietzsche, aunque finalmente se distancia del
segundo. La idea de la lucha por la supervivencia, de Charles Darwin, está, en cierto modo,
presupuesta en el concepto nietzscheano de voluntad de poder.
Marx, Nietzsche y Freud buscan, tras la calma de la apariencia, la turbulencia de lo oculto
(tras lo social, lo económico,tras lo consciente, lo inconsciente). En este sentido, los tres pertenecen
a la “filosofía de la sospecha” porque los tres desenmascaran la gran mentira de la filosofía: la
creación de mundos ilusorios que han llevado al hombre a alejarse de sí mismo.
La filosofía de Nietzsche ha ejercido una gran influencia en el pensamiento posterior, así
como en otros ámbitos de la cultura. La denuncia de Nietzsche de la manipulación de los conceptos
de pecado y dolor estarán presentes en autores como Thomas Mann y Pío Baroja. Por otro lado,
filósofos de la Escuela de Frankfurt, como Horkheimer y Adorno, aplicarán la crítica radical de
Nietzsche en sus investigaciones sociopolíticas. Ortega y Bergson, también desde una postura
vitalista, afirmarán que una razón ligada a la vida puede permitirnos acceder a la realidad. El
vitalismo de Nietzsche influyó profundamente en las filosofías de la existencia del siglo XX
(Sartre).

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